resolviendo las tormentas

A veces nos encontramos que ese dicho de llueve sobre mojado ni siquiera se asemeja a lo que nos acontece. Los problemas parecen multiplicarse, reproducirse, mutarse en otros problemas, coludirse para no dejarnos siquiera poder descansar. Esas lluvias incansables, esas tormentas que se enfilan en nuestra dirección, y que parecen no tener forma de terminar de llover, no nos permiten siquiera concentrarnos en resolver nada, porque no hemos terminado de cerrar una ventana, cuando ya llego otro vendaval y en una sola ráfaga, nos arrebato la puerta que cubría la sala principal.
Las cosas se mojan, los muebles se empapan, el agua entra por todas partes. 
Y es tal el numero de cosas por resolver, que pareciera que son las tormentas las que están ganando terreno, que nuestro bien estar se ha ido quedando bajo el agua que sigue acumulándose a nuestros pies, y todo lo que creímos que tenia un valor importante para nosotros esta mojado, se esta empapando, y si no lo logramos secar pronto no habrá ya nada que lo pueda rescatar de la ruina.
En ocasiones como estas, uno tiene que saber que no podrá resolverlo todo al mismo tiempo, que para poder poner el mayor esfuerzo y rescatar lo que mas valor tiene para nosotros, el primero que debe de estar bien es uno mismo. No se puede tener claridad si es uno quien se esta ahogando. 
Es ahí donde uno tiene que saber que habrá que poner el primer esfuerzo, donde me paro para no ahogarme, que hago para no sucumbir al agua, a la lluvia.
No es el orden lo que otorga a cada evento su valor o su prioridad, es el orden lo que otorga claridad para resolver, para comenzar a cerrar ventana por ventana, puerta por puerta. Es el orden que eliges lo que te permite ver con esa tan necesitada claridad que habrá cosas salvadas y otras perecederas, pero aquellas que nos sean determinantes para alcanzar nuestro bienestar tienen que ser rescatadas de la lluvias y las tormentas, de forma que no seamos nosotros mismos quienes terminemos siendo una mas de las pérdidas de la lluvias y la tormentas