miércoles, 22 de septiembre de 2010

el dolor


El dolor…hace algún tiempo quise escribir acerca del dolor y de sus categorías, porque como todo en la vida uno clasifica, y pone las cosas de acuerdo a sus categorías. Y el dolor no podría ser distinto, por el contrario, es un tema que tiene por demás categorías, compartimientos y subcategorías, algo así como las ramas de los árboles, donde los patrones se dividen y se repiten.
Hoy he querido hablar del dolor físico, que a veces se asemeja al  dolor  emocional.
Así pues describo el que me acoge a ultimas fechas, el dolor de la rodilla, ese dolor físico que ha estado conmigo por ya diez meses. Comenzó el día en que me rompí el tendón de la rodilla, el famoso ACL, lanzando un balón de americano a mis sobrinos en un parque, allá en Albuquerque. Íbamos a festejar el “Thanksgiving” con la familia de mi marido. El dolor inicial, ese intenso dolor que te tira y te hace pensar que algo muy grave te ha pasado, ese lo bloqueamos de la memoria, creo que es algo así como el dolor de parto, sabemos que fue intenso, terrible, pero no lo recordamos, como por arte de magia, será mecanismo de defensa? No lo se, solo se que el dolor que le sigue, el que creemos tolerable, siempre y cuando no apoyemos la pierna en el piso, o no demos el paso usando esa pierna, ese nos previene de usar lo que nos duele. Es como la señal, el foquito del auto que se prende y te dice que no puede seguir avanzando sin atención.
El dolor que sigue, después de la operación, nuevamente es tal que, a menos que uno se concentre en cualquier otra cosa, y se tome esa pastilla que le ayuda al cerebro a  desviar la atención, es un dolor que no nos permite funcionar, que te mantiene en alerta constante de que nada se acerque ni un milímetro a esa zona donde el dolor emana sin cesar.
Pero luego, luego aprende uno a vivir con el dolor. Ese que no es tan intenso, que no es insoportable, ese que no requiere de la pastilla para superarlo o para sobrevivirlo. Ese dolor me ha acompañado todo este tiempo, unos días mas y otros días menos, pero esta allí todo el tiempo, no se va. Que significa? Que nos recuerda? Que es lo que hay que hacer con ese dolor? Aprender a vivir con el para siempre? Me pregunto cuando será el día que ande como las personas que ya ni recuerdan haber tenido una operación como la mía? Y cuanto se tardaron en sentirse normales nuevamente, será que ya nunca te abandona el dolor, y simplemente vives con el sin saberlo?
Estos últimos tres días el dolor fue de pronto un poco mas notorio, mas evidente, tanto que comencé a cojear de repente, y entonces si, todos los demás lo notaron junto conmigo, y fue entonces que me pregunte si así también es el dolor emocional, si así es que la gente te nota cuando de pronto comienzas a cojear del corazón, acaso alguien se da cuenta? 

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