viernes, 17 de febrero de 2017

no es mi culpa

No, no me culpes, yo no te culpo a ti o nadie. Somos los verdaderos protagonistas de esta historia, y decidimos bajo las mismas circunstancias que nos fueron dadas casi al mismo tiempo. Yo no te pienso admitir más que me culpes. No fui yo quien te obligo a decidir nada. He sido simplemente la compañera que te lleva la cuenta, pero no te puedo decir que decidas o como lo decidas. Hace mucho que esta vida de pareja nos ha puesto muchos trucos, muchas rutas inciertas, y hemos andado y desandado, encontrado los silencios, callado los recuerdos y hemos sabido que no importa cuánto o como hemos de extender la mano y encontrar el calor al otro lado de ese puño que nos aprieta, que nos sostiene en esa lucha continua por encontrar el equilibrio entre lo que se quiere y lo que se puede. Pero no me culpes, aprende a aceptarte entero, que nadie nos obliga en esta vida.
La culpa es el veneno que te enceguece la memoria y te envenena contra la misma razón que te hace elegir entre lo que se pudo y lo que se creyó podría haber sido, y el hubiera te tortura y te ahoga la falta de esa respuesta que se sabe inútil de adivinar. Acéptate como eres y deja la culpa en la mesa, desvistela de verdades a medias, nadie nos obliga a elegir lo que hemos elegido, somos parte de esa responsabilidad envuelta en amor.
Ya no te pierdas en los absurdos cuentos que te dices para mitigar los hubieras. Elegiste con o sin mi consentimiento y creo que no importa cuánto quieras cambiar tu verdad, hemos hecho de esta vida una hermosa familia y de eso, nadie tuvo la culpa más que el amor a la vida, que nació de la fuerza de voluntad de un par de enamorados locos que se atrevieron a apostar que era posible intentar ser felices en esta tierra.

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