martes, 28 de enero de 2014

viva

Como la magia de las palabras llega, se entrelaza, y las palabras se buscan y bailan una danza al compás del ritmo de sus frases compuestas con elegancia. Este viejo habito, este eco que me persigue a veces de noche, me invita a escribir, me invade con ideas repentinas de lo que a veces me parece una necesidad y me lleva a querer explicar. Estas palabras que construyen mapas con direcciones a veces opuesta, me llevan a explicar en primera persona y otras a hablar en tercera voz. Discuten, se mezclan las ideas, se ayudan o se contradicen, bailan, re negocian el significado, el destino, la oración. Así mismo mi corazón y mi cerebro se mantienen en esa lucha por explicarle a los sentimientos como es que hoy podemos sobrevivir a las penas o al dolor, como es que nos damos el permiso para la liberación de esa sonrisa que se escondió serena tras una nota corta que recibieras quizás en forma de mensaje, quizás tras un auricular. Y en ese debate, hoy me visita la pregunta, quién controla la discusión, quien lleva la batuta, porque hay días en que las penas parecen gobernar el día, y porque hay otros en que el cerebro decide hablar en tercera voz, justifica, entrega nuevas cuentas, re-acomoda los mensajes, vuelve a dibujar los mapas, para que el corazón entonces acepte, entienda, justifique y deje escapar al dolor para que llegue la calma, la gota de la paz que traen las sonrisas.

Hoy agradezco la magia de las palabras, las que construyen una carta larga de explicaciones miles que dibujan ese mapa donde yo recorro los caminos de la paz interior, porque no importa cuánto es que el corazón se debate con el cerebro, mientras existe el amor no hay explicaciones para el dolor que lo acompaña y no hay como la alegría de sentir la tibieza de las lágrimas que se escapan y que me hacen sentir viva en esta tierra.  

viernes, 24 de enero de 2014

no se

En el 2010 fui a México, fui a ver una exposición de las ultimas excavaciones que se habían hecho en el museo del Templo Mayor. El Templo Mayor que se excavó y se abrió al publico cuando yo era una adolescente. Y como hay cosas que ocurrieron en esa época y que marcaron mi juventud. Gracias a que una amiga de mi hermana mayor tenia de alguna manera contacto directo con los antropólogos y arqueólogos que trabajaban en las excavaciones del templo mayor, yo tuve la inmensa fortuna de ser de las primeras personas que tuvieron oportunidad de entrar a ver algo lo que se estaba excavando. La primera oportunidad de ver a la Coyolxauhqui, ese enorme monolito que mostraba el cuerpo desmembrado de la diosa que representa a la luna.

Años después han seguido restaurando y ampliando el museo y las excavaciones, lo que hoy se ve es enorme comparado con lo que yo recuerdo en aquella primera visita.

No se con que motivo habré escrito lo que encontré hoy en ese mar de notas que luego escribo...


No se, esa es la respuesta, no se. 
Has pensado en todas esas otras partes? En los huecos? En las orillas? En las calles? En los silencios? En los olvidos?

Ayer caminaba de regreso del centro, fui al museo del Templo Mayor. Está una exhibición temporal de los últimos descubrimientos, de la señora de la tierra Tlatecutli. Me transporte al pasado, a los años del ayer, a las tardes de caminatas en el centro, a los días de nubes, a la librería Porrúa, al tiempo en que la vida comenzaba para mi.
Termino de mirar y de no dejar de admirarme de las maravillas que han estado enterradas por mas de 500 años, y de cuanta riqueza existe en el pasado cultural del que somos herederos.
Salgo y la ciudad es un caos, pero no me importa, camino entre vendedores y merolicos, pancartas de protestas políticas, y hay una cola enorme para salir del metro, y la sección de quienes queremos entrar se adelgaza, porque a pesar de ese desorden que gobierna a mi país, hay un orden entendido, y los que van saliendo saben que hay que moverse a la derecha y quienes entramos nos replegamos porque somos menos que quienes intentan recibir la luz natural del mundo allá arriba.
No se, se que esa es la respuesta, no se.
He llenado mis ojos de todo esto que fue mi pasado, y que a pesar de no ser mi presente me llena como no podrías imaginar que me llena. Entro al anden, y miro a las parejas de jóvenes abrazarse, besarse, amarse. Hay una ráfaga de aire tibio que se desplaza en el túnel y nos envuelve, y nos indica que algún tren ya se acerca. Llega el metro y se abren las puertas y tras esos dos minutos se escucha el zumbido del timbre que avisa que se cerraran las puertas.
Yo miro el mundo que fue mío y siento un nudo en mi garganta de saber que no pertenezco a ningún sitio, que no podré nunca volver a tener veinte años, que la vida esta hecha y hay que seguir.

No se, esa es la respuesta.
No se como he de seguir en este andar, en esta búsqueda, pero se que no me detendré, que seguiré buscando porque de otro modo me moriré por dentro.



Y aunque hace ya casi cuatro años de esta visita, de esta nota, se que la respuestas sigue siendo no se, pero también se que no me he dado por vencida y que hemos de andar este andar de la mejor manera posible, sin reproches, sin arrepentimientos, y sabiendo que hemos siempre dado lo mejor que pudimos en cada uno de los momentos vividos.

domingo, 12 de enero de 2014

Sadness

Como la muerte anda en secreto, como dijo Silvio Rodríguez, y no se sabe que mañana, hoy me siento en el espejo y pienso en lo que la tristeza trae con sus eternas y largas garras. Me decía alguien muy querido que yo pretendo la tristeza, la tristeza que se acomoda rápidamente entre mis cuadernos, en el olor del café, en la luz de la ventana. Entra y me va comiendo de a poquitos, y yo simplemente ni siquiera lucho en contra de ella. Me le entrego como novia enamorada, somos una pareja que baila, que no se niega la oportunidad de entregarse con absoluta convicción al sentimiento.

Decido entrar de lleno al tópico y entonces, me atrevo a decir que no hay nada más sutil que el llanto, nada más terrible que la soledad, y sin embargo sé que no estoy sola y que mi llanto viene de alguna otra parte. La vida está llena de contradicciones. Las congojas de mi corazón no se irán si me escapo, habrá que llenar de amor los silencios, las bancas vacías de tanto esperar.

Es difícil poder explicar lo que siento, difícil entender los orígenes, es difícil decir las partes, los puertos donde mi barco se quedó esperando que yo tomase ese viaje. La vida no se detiene, el tiempo avanza y uno se vuelve sabio y viejo, o al menos uno quiere creer que así es. Pero la sabiduría también se niega conmigo cuando se trata del asunto del corazón, y vuelvo a querer creer en el amor. No puedo ni quiero dejar de creer que es posible amar así sin barreras, sin límites, arrebatada por la poesía, iluminada por la música.
Dicen que la felicidad es una condición interna de satisfacción y de alegría, seguramente fugaz porque uno siempre se pone nuevas metas.
Hago una lista interna de todas esas satisfacciones y de todas mis alegrías, hay tanta luz cuando hago esa lista.
Puedo con toda certeza decir que he sido feliz, que he vivido mi vida con tanta alegría y tantas satisfacciones, y sé que mis hijas han sido el factor fundamental de todas ellas.

Si la felicidad viene de las satisfacciones y las alegrías de alcanzar esas metas que nos ponemos, supongo que hoy me hace falta analizar y encontrar las metas que me darán esa felicidad y que llenaran mi vida de momentos de alegría, y entonces sabré decirle adiós a mi tristeza, novia eterna, compañera constante de la crisis de la edad media.
Recuerdo a Rogelio Mena y su muy atinada nota acerca del futuro. Y no, no lo olvido, no olvido que tengo vida propia, que mis ilusiones del futuro me darán la magia de mi existencia, no solo haber tenido un par de hijas hermosas J. Sé que lo mágico que ahora veo en ellas viene precisamente de las ilusiones de mi pasado.

Sacudir el miedo y volar, la vida es un puñado de sorpresas esperando ser descubiertas.




domingo, 5 de enero de 2014

enero 5, 2014


Surviving?
It has been quite a year, and I sit to wonder, to ponder, to revisit, and to evaluate. People tend to have this unmistakable desire to analyze; we want to format, to organize, to select, to retain what seemed valuable and to store in those delicate places what it seems to have a special place in our hearts.
And it is really rather strange that we pick this dates, arbitrary boundaries, the end of the year, the beginning of an era, the day of our birthdays.
Today is just another ordinary day, 5 days in the so-called New Year. We started 2014, only 5 days ago. And the only relevance to this particular year for me is the fact that I will turn 50, half a century in seventy-nine more days. Did I count that right? 25 in March plus 28 in February and 26 left in this month. I was never good with arithmetic’s.
I have survived all of these years in this country I borrowed a while ago, I have adapted somehow to this life, to these costumes, to these traditions. In fact I have adopted some of them and very much enjoyed them.  
I have also miss very much my own country, that piece of earth that gave me the beginning, the early years of my life.
I know that age is only a mental stage, they all say this with commitment, convinced that it is in fact something we control. But no matter how much we try to make it least important, the fact remains that I will be 50 without a doubt, and I am not sure I am ready mentally to accept that I no longer I will have the strong legs I used to have to run with the wind, to climb a mountain, to walk tirelessly city’s streets, little wild paths, beaches, museums, stores, Mexican markets…
And no, I do not regret my path, I look back, and I find my incredible children, now two young women, smiling.
I have lived my life the best way I knew how, I have given and I have received love, music, laughter, tears, joy, and worries. I have lived a complete life with all its parts.
Nonetheless, I still sit to ponder; to wonder what will be of the last third of my life, as once somebody told me as he reached 50.
Ever since my mother lost her memories, ever since she started to stop recording I have feared my future.  I have questioned my path, I have wondered where is that I will stop being me, the way everybody I know knows me. I have no answer for that future, I know I have little to learn from what she has gone through, but I can’t help to know I don’t want to just say I have learned how to survived, I know I want to be able to say that I know what happiness is and where I can reach it.
Funny how one can be grateful and ungrateful at the same time, I am very grateful for all those moments I have share with my family, I have only joy stored in my heart. I only wish I did not feel so out of my own life, such a foreigner, the odd component in the equation.
Will I be happy? Is there such a thing as happiness after all? Will I ever feel that I do belong?
So I sit today and wonder how I will walk the next, the last part of my life. I am turning 50; the math can’t change that fact. And if I am lucky enough, I may go another 30 years without losing my mind, with all my memories intact, and with my heart full of love.