martes, 29 de octubre de 2013

la parte dolorosa

pensaba en eso de las partes de la historia, de las historias, porque todas las historias tienen sus partes, y no me refiero solo a las partes evidentes del principio, el intermedio y el final. Las historias todas tienen siempre esas puertas, esas ventanas, esos corredores, los cuartos secretos, su cocina y el olor a su comida...
esta parte, la dolorosa, es para mi un testimonio de lo mucho que se sufre mientras se descubre, comienza uno recorriendo esos pasillos que parecen de alguna manera sencillos de andar, y conforme va uno avanzando y descubriendo esas puertas, esas ventanas, entra el dolor de saberlo desconocido y quererlo saber todo, absorberlo todo, beberse esa cascada de sentimientos de una sola bocanada, y seguir viviendo con todas las partes de uno intactas.
Pero no me refiero a lo que uno desconoce de la historia que se construye, me refiero a lo que uno desconoce es capaz de sentir. Como si hubiera uno vivido todo el tiempo creyendo saberse y de un momento a otro, de un pasillo al siguiente, al abrir esa puerta o esa ventana, el aire, los aromas, los colores, el cielo, las nubes tantas veces vistas de pronto tuvieran otra vista, otro sentir.
y entonces el dolor se apodera de uno, porque la primera reacción es así, hay un dolor al descubrir eso nuevo que no sabias que podías sentir.
los jóvenes cuando se enamoran sufren, piensan que el amor les va a robar el ultimo aliento. Y uno crece creyendo que eso solo te ocurre porque eres joven y no entiendes de sentimientos. Pero creo que el dolor viene de no saberlo, de jamas haberlo experimentado y de pronto no saber como reaccionar al intenso dolor que te da el estar enamorado y vivo.
En esa parte del dolor, muchas veces las parejas se pierden en ataques de celos, en resentimientos de falsas percepciones, en juicios adelantados, en el miedo de perder lo que se cree les pertenece. Como uno no sabe que en realidad nada nos pertenece, es solo que el amor es necio y el amor es egocéntrico.
Conforme crecemos aprendemos que esa parte es necesaria, que el dolor es simplemente un parte de la historia, un pasillo, o una puerta, quizás es ese cuarto secreto donde nos permitimos ser cien por ciento egoístas y damos rienda suelta al deseo de abrazarlo todo para si.
Si tienes suerte también sabrás que cuando te de ese dolor y seas capaz de sonreír al sentirlo, entonces sabrás también que ese tipo de amor solo se siente una vez en la vida.

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