Eran dos cuerpos enamorados
Que se llamaban constantemente
Se platicaban, se miraban, se besaban
Se llenaban los ojos de las sonrisas
Que ambos se regalaban.
Eran dos cuerpos enamorados
que se abrazaban, se entristecían
y lloraban juntos
Se consolaban y se secaban esas lagrimas
el uno al otro
Y se abandonaban al silencio de las noches.
Eran dos cuerpos atados por la vida
Que se encontraban en el silencio
y se entregaban a la promesa de ese amor
que se dieron algún día en el ayer.
Eramos niños y luego viejos
y nos platicábamos y nos abrazábamos
y nos sonreíamos
y a veces también llorábamos
Eramos dos cuerpos que envejecieron
juntos, para siempre y también para cuando
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