Los ecos del ayer delimitan las memorias absurdas que coleccionamos obsesivamente en los bolsillos de la vida.
Hoy voy a visitar a mi mama. Ella vive en la sinmemoria. Para ella no hay ecos, más bien silencios prolongados que ella llena de recuerdos inventados donde los personajes tienen las caras que a ella más le gustan. A mi los ecos me gritan lo que a veces no alcanzo a recordar con claridad. A veces esos ecos tampoco son reales, a veces recordamos los recuerdos de otros, descubro. Los adoptamos y los asumimos y hasta caemos en esa trampa infinita de los recuerdos adoptados, inventados? No, fueron de otros pero nosotros los adquirimos como nuestros de vez en cuando.
En el temor de la futura vida de la sin memoria yo escribo, procuro escribir para que exista un récord al menos no tan distorsionado de mis pasados, de estos ecos que absurdamente coleccionamos, porque al final a quien le importan, si no a nuestros silencios vacíos de sueños por vivir, porque cuando llegamos al final de este camino han dejado de ser importantes para nadie que no sea uno rumiando sus propios recuerdos.
Hacer descripciones, análisis, a veces poemas, de la vida cotidiana, de las relaciones humanas y sus complicadas formas de ver nuestras realidades. Comunicar a través del amor a las palabras.
domingo, 30 de junio de 2013
de camino a Ensenada
Nací en un país tibio, con gente de corazones cálidos, lleno de música, de frutas de colores brillantes....Me fui a vivir a otro país en donde vi nevar por primera vez, donde las aves migran en los inviernos, pero regresan en las primaveras, y donde nacieron los dos tesoros mas importantes de mi vida: mis hijas.
Siempre me he preguntado donde vive la verdad?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario