sábado, 24 de septiembre de 2011

a propósito del amor en los tiempos del colera


Vi esa pelicula basada en el libro del amor en los tiempos del colera.... has leido el libro?
pienso que la juventud se me quedo sentada a la orilla de un anden esperando a que el tiempo no pasara, pero el tiempo se acumulo de a poquitos y en un instante, la vejez se me sento al lado, para mirar pasar el tren que se llevaba mis recuerdos alli amontonados.

me da miedo la perdida de la memoria, me da miedo no recordar un dia lo que era importante, lo que me gustaba hacer de chica, lo que vivi con mis hermanas, lo que comían mis hijas cuando eran unas infantes, las primeras palabras que salieron de sus boquitas, la musica que cantaban y los cuentos que repetían.
me da miedo que el ayer cambie en mis recuerdos, que las memorias se vuelvan otras y yo ya no sea la misma.

se que no puedo saber si algun dia me pasara lo que a mi madre, se que es absurdo tratar de detener el tiempo, y mas aun, tratar de rescatar lo que no fue....

pero agradezco la increible oportunidad de poder decir que he amado, y he sido amada, que vivi la mejor experiencia de la vida al nacer mis hijas, y que hoy puedo sentarme a recordarlo, con muchos o pocos detalles, dependiendo de como es que los recuerdos fueron archivados, y que entre ellos te encuentres tu, y aparezcas asi, de vez en cuando.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Comenzar de nuevo.....
escuchaba una canción de Silvio, y pensaba... ayer vi una película de esas que hacen basadas en una historia de algún libro, y para mi descontento y mi desilusión, hubiera querido quedarme con las imágenes del libro, de cuando a mis escasos veintitantos años leí, enamorada de las metáforas, y de las increíbles descripciones que Gabriel García Márquez hacían aquella historia de amor.

Como la vida te pone en situaciones semejantes, una, dos o mas veces, como es que uno quisiera poder decir que aprende, que no volvemos a cometer los mismos errores, o en su defecto, que no nos volvemos a equivocar de manera semejante. Pero quien es el juez? no acaso somos nosotros mismos? y entonces? como podríamos estar ciertos de que las segundas o terceras veces si atinamos, no fallamos? Olvidamos que, por naturaleza, el hombre aprenderá a reaccionar, con base en esas experiencias previas, no de la mejor manera, sino de manera condicionada, y que el resultado, por mas que no quisiéramos admitirlo, será y dependerá de ese condicionamiento de defensa que se crea a partir de la primera herida, a partir de los primeros dolores.

Comenzar de nuevo seria realmente borrar esa historia, caminar de nuevo sobre esa tierra nunca antes vista, con otra perspectiva, con otros ojos, con nuevos deseos. Y seria casi absurdo imaginar que si yo leyera de nuevo ese libro, no recurriría mi mente necia a esas imágenes antes guardadas en mi memoria casi fresca de esa linda historia que me sostuvo por años creyendo en eso de los finales felices, en eso de los amores eternos.

Así que utilizo el truco de la lengua, y ahora lo recomienzo en otro idioma, con otras estructuras que la gramática de esta lengua prestada que uso ya desde hace mas de una veintena, me enseña. Será distinto, será que aprendo como reaccionar de manera distinta en situaciones semejantes? Será que esta vez de verdad aprendo?

domingo, 18 de septiembre de 2011

llueve

llueve, llueve otra vez, y esos pedazos de pastos viejos y secos comienzan a tener el color de la esperanza.
parece increíble mirar esos reflejos de las luces de los autos iluminando las calles, los asfaltos mojados de la historia que hoy se escribe en agua.
llueve y el sonido despierta a las aves y a los grillos y a las ardillas, y a las perras de mi casa. Corremos a la calle entusiasmados, y bailamos y dejamos que nos mojen esas gotas frías que por primera vez, después de tanto tiempo, nos dan su canto, su risa, sus riachuelos, su esperanza.
llueve, llueve y nos alegramos de esta tregua que nos otorgan las moléculas sencillas que componen al agua, dos hidrógenos por un oxigeno, y toda la maravilla de lo que ocurre tras su llegada.

viernes, 9 de septiembre de 2011

getting older

como queriendo no mirar, como queriendo no saber, pretendiendo que las cosas estarán bien, siempre.


Y que tarea es esta de imaginar, de no tener que tener miedo por lo que de pronto olvide, pensar que es "normal", creer en esa idea de que uno suele perder el foco y olvidar de vez en vez, igual que las otras marcas de la vejez. Mirar las arrugas de mi cara y saber que ya nunca se irán. Cepillarme el cabello y encontrar esas largas canas que me acompañaran sin protestar.
Nada que pueda perder ya, piensa uno a mi edad, el camino es tal que ahora si, las cosas que hayas hecho o no, pues están alli, en el libro de tu historia, la que recuerdas, que no será necesariamente la que paso.


Saber que lo que ayer no hiciste, lo que hayamos perdido ahora, es tiempo que no se podrá nuca recuperar. Que valor tendría ponerse a llorar lo no vivido? Y sin embargo, revisitamos los hubiera, y no dejamos de pensar, como me hubiera gustado terminar ese jarrón que construimos a medias, como me hubiera gustado no temerle al silencio. Compartir y aprenderme de memoria tu respiración mientras dormías, poder cerrar los ojos y caminar esa geografía tantas veces deseada.


Cuanto tenemos que no vemos, cuanto tenemos que dejamos de apreciar... la costumbre no le ayuda a la vejez. Hacerte viejo también tiene esas otras desventajas, porque uno deja de sentir la emoción del beso, la anticipación de ese abrazo,  olvidamos que las caricias son necesarias, que tu mano y la mía necesitan encontrarse en el camino.


Y el tiempo nos sigue asaltando con mas silencios, mas arrugas y mas canas, y con un repertorio nuevo de olvidos, y quizás también con mas deseos de revisitar esos hubieras, o quizás no, quizás, finalmente te haga simplemente entender que siempre pasa lo mejor que tenia que pasar, que estamos justo donde debíamos de estar, que aprendimos lo que aprendimos juntos, aquí, en este camino que elegimos, con o sin razones validas, con o sin desencantos. Que nadie sabe donde o como será el final, pero que en este hoy, la vida nos sigue dando esa oportunidad de continuarla caminando, que los pasajes secretos siguen ahí para que los descubras, que los recuerdos siempre serán eso, recuerdos, pedacitos de nuestro rompecabezas, fotografías viejas que se desaparecen sepultadas entre un millón de risas y de llantos, memorias miles que nos construyen como los que somos ahora, y que todo ha valido la pena, aun aquello que no hicimos, aun aquello que nos siga faltando tachar de la lista de los pendientes, porque mientras esa lista siga existiendo, seguirá existiendo el deseo de seguir, de intentar, de revivir o de recuperar, de aprender, de componer, de caminar.


Sigamos pues haciendonos viejos