el adiós

Tantos temas que se atropellan de pronto en mi cabeza, tantas palabras con significados tan diferentes dependiendo de cuando las usamos y como las usamos...hablare de los adioses, porque justo acabo de tratar de explicarle a mi hija que la tristeza de los adioses no debe de paralizarnos, el adiós no debe  de estropear los últimos momentos. No definir el cuando, tener miedo de decidir el momento especifico del adiós simplemente extiende ese limbo.  Trataba de manera un tanto torpe de decirle que es mejor definir los adioses, tener una fecha y disfrutar al máximo esa estadía de los últimos momentos anteriores al adiós sin dejar que la tristeza empañe el momento.
Pero me quedo pensando en que esa es una decisión personal, cada uno vive y sufre sus adioses de maneras distintas.
Decir adiós tiene muchas implicaciones, porque nunca sabemos que este sea un adiós para toda la vida o solamente un adiós pasajero. Cuantas veces dije adiós sin saber que era para siempre...Hoy hay personas que se nunca mas veré, pero también hay otras que quizás algún día vuelva a ver a pesar de no creer.
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La vida da muchas vueltas.
En cualquiera de los casos, hoy descubro que he sido muy afortunada y que cada una de las despedidas de mi vida han sido con la esperanza de volverlos a ver, aun cuando fuese remota, porque creo que la esperanza es algo que alimenta el futuro y la ilusión de alcanzarlo.
te digo adiós y acaso... dice una canción...

En secreto

Te respiro, te imagino entrando a reconocer mis pulmones, que al exhalar suavemente tocan mi corazón, como acariciándole al darle masaje mientras respiran. 

Te percibo al servirme el café y te siento mientras entras esta vez convertido en la bebida que me reconforta, y te dejo que me recuerdes que tu calor es la magia de mis mañanas.

Te dejo entrar convertido en música, y me recuerdas que el amor llega siempre disfrazado de suaves caricias, sonrisa, abrazos y besos.

Te miro mientras me recuerdas dónde dejé las llaves, que hora es y cuánto es que disfruto de esas tardes de nubes blancas y gorditas que tapizan el cielo de mis tardes.

Y mientras todo esto ocurre te encuentro escondido tras los ojos que me miran al espejo, porque se que ahí siempre estás escondido, sabiendo que solo en mis ojos están los tuyos, que solo nosotros sabemos tanto del uno y del otro, y que nada puede nunca romper nuestro encuentro.