jueves, 14 de agosto de 2014

en cualquier momento


En cualquier momento,
escucharemos esa nota,
esa melodía que nos toque el recuerdo
En cualquier momento,
cerraremos los labios y dejaremos de hablar
En cualquier momento tu mano tropezara con la mía
tus ojos se perderán en mis ojos
y en cualquier momento
tu boca me empezara a besar
En cualquier momento serán tuyos mis sueños
serán míos tus gestos
Y así, en cualquier momento,
no seremos capaces de poder escapar

miércoles, 6 de agosto de 2014

el proceso


Para los que se van, y para los que nos quedamos… leía acerca de una despedida y pensaba como es que uno de viejo comienza a hablar con sus muertos.
El proceso del envejecimiento, ojala que pudiéramos decir que a todos nos parece natural. La cosa esta en que el cuerpo nos va abandonando mucho mas pronto de lo que nuestro cerebro lo hace, al menos para algunos de nosotros, esa parece ser la condición de los que entramos en el otoño de nuestras vidas. Uno piensa como joven, y cree que es todavía capaz de muchas cosas, solo que de pronto la imagen reflejada en el cristal del vagón del tren en que viajamos, resulta no ser la misma que uno recuerda.
Hoy que tengo en mano un par de referencias de lo que mi madre escribía, me parece tan adecuado anotarlo aquí:
“a veces sabes que estas en el lago y todavía alcanzas, con la punta de tus pies, el fondo; pero otras veces decides que no quieres hacer el esfuerzo porque: no me apura, no estoy de humor, y además, puedo flotar”
Y flotando llega uno hasta donde llega, acompañados del amor que nos profesan quienes nos han amado, porque estoy convencida de que es ese el motor que nos mantiene con deseos de seguir intentando, de seguir creciendo, o como dijo mi madre de seguir flotando.
Imagino que así fue, que un día nos metimos a ese lago, o a ese mar, y decidimos despegar los pies de la arena, nadar o flotar, y la aventura comenzó para nosotros. Y por fortuna, gracias a que nuestros padres nos dieron fuerza, aprendimos a flotar para no perecer hundiéndonos.
Llegaremos a esa otra orilla, de una u otra forma.
Por lo pronto, yo me decido a seguir nadando, después de flotar por un lapso para tomar un respiro, para pensar.
Descubro que tengo muchas fuerzas todavía, y que tengo muchas ganas de seguir esa luz del faro que me dice hacia donde queda la otra orilla.
La vida es un proceso, hay que disfrutarlo, hay que aprender a vivirlo sin perder de vista que el objetivo no era llegar sino saber hacerlo.

lunes, 4 de agosto de 2014

viajar

Uno puede hacer viajes largos, puede irse lejos, puede llegar a lugares exóticos, diferentes, interesantes, simples, calurosos, fríos, semejantes....la lista es infinita cuando se trata de adjetivos que describan esos sitios a donde uno se va a viajar.
Vive la aventura, se empapa los sentidos de todo, colores, sabores, texturas, olores, sonidos. Toma uno esas fotografías que hacen ese nuevo álbum en nuestras memorias. Pero igual que las fotografías que se toman con las cámaras digitales que hoy en día tienen tantas capacidades, seguimos teniendo ese recuerdo sesgado desde esa perspectiva que nos toco observar.
Que distinta será tu imagen de la mía...pienso en mi cara y en esas expresiones que tienen mis ojos o mi boca, la forma en que recuerdas mis manos y sus movimientos, se que lo que yo recuerdo no me incluye. Esa es la enorme diferencia en las fotografías. Hacemos aquellas que nos recuerden lo que vimos, y algunas veces hay quienes se toman esa foto de sí mismos. Pero aún así esos microsegundos que nos capturan en esa imagen nunca pueden hacer justicia a la imagen completa que ven nuestros ojos, que perciben nuestros corazones.
En estos viajes uno aprende, aprende por lo que ve y por lo que vive, y también aprende por lo que los demás observan de ti.
Y hasta haces viajes dentro de estos viajes a esos recuerdos que compartieras en el ayer con quienes visitas, con esas personas con las que viajas.
Hoy regreso de este largo viaje en que me fui a despedir de mi madre, en que también me fui a despedir de mis primeros sueños y de la juventud que uno poco aprecia mientras la tiene.
Que distintos serán los siguientes viajes, vacíos de la presencia de quien me diera vida, vacíos de su risa y de sus verdades imaginadas, ya no escuchare esas historias de personajes reales pero de realidades inventadas. Te fuiste mama y yo ahora entiendo lo triste que es no poder nunca más sentir tus ojos mirándome con esa ternura que sólo las madres suelen tener.
Tambien se fue mi juventud, envejeci porque la muerte finalmente toco muy cerca de mis puertas, y por primera vez en toda mi vida, supe lo que es el nunca jamás.
Pero también aprendí que el siempre es posible, porque se con toda certeza que siempre siempre te recordare, y te querre como si nada hubiese cambiado porque en realidad nada ha cambiado, tu viaje comienza y aunque tu ya no vuelvas, yo igual te tengo en mi corazon. Te quiero siempre mama y nunca te olvidare.