miércoles, 28 de octubre de 2015

a key serves two purposes, it locks and unlocks a door...
If we only knew what was the purpose when we found the key… I often think back and wonder how that is one can just walk this path without instructions… I have this feeling that the more we look the more we find we don’t know. I found this particular key that doesn’t seem to belong to any known door.  The mystery that holds the unknown is amazing. It helps my mind fly in so many directions… and I imagine all kinds of secret rooms, treasures hidden in this unvisited place. Something like the way I always imagine a basement would be, inviting, yet a little scary, mysterious and daring.

The keys that have the ability to unlock a secret, or to save guard it, like most things, it has both sides...the day and the night, the good and bad….the balance, the delicate balance between the two ends...

sábado, 3 de octubre de 2015

el ejercicio del hubiera

Platicando con un muy buen amigo del ayer topezamos con aquello de los 'hubiera'. Dice una de mis hermanas que hacer ese ejercicio es realmente inútil.
"el hubiera no existe"
Absolutamente no ocurrió, pero no podemos negar que uno revisita esos ayeres, esos caminos no caminados, uno vuelve a preguntarse que habría sido si y solo si, como en las funciones matemáticas.
Si yo hubiera tomado tal decisión… si hubiera dicho… si me hubiera atrevido a….
Yo creo que por salud mental, siempre es mejor aprender delo que si se hizo y pensar que en lugar del hubiera, uno habría que vivir muchas vidas paralelas para poder saber que habría sido lo que sería si se hubiera…
A veces es fácil imaginar donde habría terminado ese hubiera, a veces conocemos con toda certeza nuestra propia naturaleza y si somos 100% honestos con uno mismo podemos ver con cierta certidumbre el resultado.
Pero como no solo depende de lo que uno sabe de sí mismo, y como las caricias de ese abstracto que no ocurrió son siempre seductoras, uno cae en esa trampa.
Yo por ejemplo sé que si no hubiera seguido a mi primer marido al extranjero no hablaría inglés, porque nunca me gusto este idioma. Si yo no hubiera insistido en ser yo, si no hubiera pedido ser reconocida como la otra mitad con igual importancia, hoy viviría en Australia, o quizás no, hoy estaría de vuelta en mi país.
Y bueno puedo recorrer después todo los momentos en que mi camino me ofreció esas bifurcaciones y puedo ver hasta donde yo habría sido capaz de andar. Pero como el otro componente viene de los otros actores que nos han acompañado en nuestras obras de teatro, pues la certeza se acaba justo allí donde la mano de la otra mitad de esa historia se extiende y la tocamos.
Los hubieras no existen a menos que los practiquemos juntos con los protagonistas de esas historias no escritas, y si nos atrevemos a no sufrir las consecuencias, supongo entonces, podremos vivir con las paz de saber que vivimos nuestro propio hubiera, el que si elegimos, y lo construimos todos los días con esas tildes y esos símbolos de admiración.