Déjame recordarte como eras, con tus
virtudes y tus defectos. No quiero que la muerte te embellezca, quiero
recordarte así como tu eras, y que la grandeza de ru menoría sea el producto de
mi verdad guardada en los recuerdos de las mañanas frías de invierno en que tu
parecías no temerle al viento. Déjame recordarte como eras.
Quiero recordarte como eras, cantando en la cocina, hablando fuerte en el teléfono, doblando desde las sábanas hasta los calcetines y la ropa interior, enumerando cada uno de los objetos que habíamos dejado fuera de lugar. Quiero volver a verte riendo con esa risa abierta, llena, franca. Quiero pensar en las miles de veces que tu risa lleno el espacio y nos contagio de alegría. Pero también quiero recordarte como eras cuando te llenaba la furia. Déjame recordar que hubo esas veces en que la rabia o quizás la impotencia te hizo golpear la mesa y nos hizo temblar a todos porque siempre fuiste explosión de emociones en todas direcciones.
Déjame recordarte así, exactamente como eras. Fuerte, generosa, franca, fría pero a tu manera cariñosa, práctica, positiva y feliz aún cuando hayas estado deprimida por tanto tiempo. Déjame recordarte así como tu eras, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en alegría y en la tristeza. Hoy quiero recordarte querida mama y despedir tu mes que tanto me ha hecho sentir tu ausencia. Seguramente el tiempo de algún modo habrá de curar nuestros corazones rotos de dolor por tu partida así repentina.
Quiero recordarte como eras, cantando en la cocina, hablando fuerte en el teléfono, doblando desde las sábanas hasta los calcetines y la ropa interior, enumerando cada uno de los objetos que habíamos dejado fuera de lugar. Quiero volver a verte riendo con esa risa abierta, llena, franca. Quiero pensar en las miles de veces que tu risa lleno el espacio y nos contagio de alegría. Pero también quiero recordarte como eras cuando te llenaba la furia. Déjame recordar que hubo esas veces en que la rabia o quizás la impotencia te hizo golpear la mesa y nos hizo temblar a todos porque siempre fuiste explosión de emociones en todas direcciones.
Déjame recordarte así, exactamente como eras. Fuerte, generosa, franca, fría pero a tu manera cariñosa, práctica, positiva y feliz aún cuando hayas estado deprimida por tanto tiempo. Déjame recordarte así como tu eras, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en alegría y en la tristeza. Hoy quiero recordarte querida mama y despedir tu mes que tanto me ha hecho sentir tu ausencia. Seguramente el tiempo de algún modo habrá de curar nuestros corazones rotos de dolor por tu partida así repentina.